Por Rubén Darío Buitrón**

Qué contraste. A la fanfarria de los dirigentes del Colegio de Periodistas de El Oro, tan cercanos al poder local al punto que se reúnen a fin de año para hacer brindis y recibir bonos del Prefecto Clemente Bravo, hay que oponer la valentía y la altura con la que la Unión Nacional de Periodistas del Azuay ha defendido a sus periodistas atacados el viernes pasado (10-01-2020) en Cuenca, según tetigos, por los guardaespaldas presidenciales.

A eso me refiero cuando cuestiono el rol que suelen jugar los gremios periodísticos, que no es el compadrazgo con el poder (con ningún poder, ni político ni fáctico) sino la distancia, sana y lógica, para tener la libertad de cuestionar, preguntar, investigar y reflexionar cuando los hechos lo ameritan.

Y así como he criticado actitudes serviles de ciertos periodistas, hoy quiero felicitar públicamente a Ximena Cordero y Alberto Ordóñez, quienes como presidenta y vicepresidente de la Unión Nacional de Periodistas del Azuay han enviado una carta abierta al Primer Mandatario para que se investiguen los hechos ocurridos cuando el Jefe de Estado visitó Cuenca y algunos periodistas se acercaron para hacerle preguntas que, según testigos y videos, fueron respondidas con agresiones físicas y verbales por parte de los custodios militares y policiales.

Uno se pregunta (lo cual confirma mi tesis de siempre) por qué el resto de las UNP provinciales, los colegios de periodistas y las facultades de comunicación de las universidades no han salido a declarar «personas no gratas» a quienes agredieron físicamente a los periodistas. Y ahí mismo encuentra la respuesta: cuando te casas con el poder sin distancia posible es difícil (o cómodo) permanecer en silencio.

Con respeto, pero con firmeza, Ximena Cordero y Alberto Ordóñez envían una carta a la opinión pública, carta decente, digna, valiente, en la que afirman que «el imprescindible derecho a informar ha sido vulnerado con violencia física y verbal por parte de agentes de seguridad del Gobierno Nacional a periodistas azuayos durante la visita del señor Presidente de la República a Cuenca y Paute el viernes 10 de enero«.

Y luego afirman: «Quienes integramos la Unión Nacional de Periodistas (UNP) núcleo del Azuay rechazamos todo tipo de violencia perpetrada en contra de nuestros compañeros periodistas, que realizaban labores de cobertura a los actos desarrollados durante la visita presidencial».

Finalizan su comunicado luego de exhortar al Presidente de la República a condenar la violencia injustificada contra los reporteros, recordando que su pedido se fundamenta en lo que expresa la legislación ecuatoriana y los tratados internacionales sobre derechos humanos y derechos fundamentales a la libertad de expresión y de información.

Me sumo a la exigencia de los colegas de la Unión Nacional de Periodistas del Azuay para que nadie impida el libre ejercicio profesional de los periodistas, «quienes practican al ineludible derecho a informar a la opinión pública sobre los hechos de interés general».

Así se defiende a los periodistas de los gremios. Con dignidad y valentía. Mi profundo respeto a Ximena y Alberto y mi rechazo al silencio del resto de gremios del periodismo ecuatoriano.

________________

**Rubén Darío Buitrón es poeta y periodista. Es, además, director-fundador del portal periodístico loscronistas.org